Jugar al Cuadrado: páginas

martes, 21 de junio de 2011

CLÁSICOS MODERNOS: AVENTUREROS AL TREN

Rotonda del Museo del Ferrocarril en Vilanova y la Geltru
 ¿Qué extraña fascinación producen los trenes para que gentes de todas las edades queden atrapados por el encanto de esas máquinas? El atractivo del tema ferroviario queda bien patente en el mundo de los juegos de mesa con la gran cantidad de títulos relacionados con los trenes. Juegos de diversa complejidad. Desde juegos de recursos o basados en el control de las acciones de una compañía y de una dificultad medio-alta, hasta juegos con un mecanismo sencillo y partidas asequibles y rápidas.

"Aventureros al tren: Europa"
 Entre estos últimos uno destaca por derecho propio: «Aventureros al tren»  o «Ticket to raid». Creado por Alan R. Moon, «Aventureros al tren» es una joyita que bien merece hacerse un sitio en cualquier ludoteca. El juego está disponible en varias versiones. La primera es la que muestra el mapa de EEUU, pero tras su éxito han aparecido otras que se diferencian del original en detalles. Una versión con mapa de Europa que añade algunas reglas más que el básico. Otra de los paises nórdicos, pensada para 2-3 jugadores. Un mapa de Suiza, que permite jugar a 2-3 jugadores utilizando el material del juego original o de la versión «Europa», varias expansiones, ...¡buf!, ¡unas cuantas cosas!


El juego está recomendado para edades a partir de 8 años. Pero como sucede en muchos otros casos, no hemos de pensar "debe ser un tontijuego para niños". El juego está realmente bien y permite jugar con niños y adultos ofreciendo diversión a unos y otros. Hay que desterrar el prejuicio de que un juego  sencillo no puede ser un reto para un adulto o no puede ofrecerle un rato divertido o interesante.

Esto no viene con el juego. Un pastel de cumpleaños para un pequeño amante de los transportes.
(Gentileza de www.cakemania.es )

De entre las diferentes versiones del juego  la que más éxito tiene por aquí es "Aventureros al tren: Europa", seguramente por tratarse de la más cercana geográficamente (ya se sabe, el eurocentrismo tira mucho). Así pues encontramos un mapa de Europa aunque no demasiado actualizado, y es que el juego nos sitúa más o menos a finales del XIX-principios del XX. Y tampoco hemos de ser muy meticulosos con la exactitud geográfica, ya que por exigencias del diseño del tablero, Barcelona, por ejemplo, queda a la altura de Valencia (km más km menos).

Cada uno de los jugadores puede representar una compañía a la que se le encarga que complete una serie de trayectos entre diversas ciudades europeas. Cada trayecto puede completarse con la construcción de diversas lineas que van uniendo una ciudad con otra cercana, hasta completar el trayecto. Estos objetivos iniciales son secretos y no deben revelarse hasta el final de la partida. En grupos de juego muy competitivos, la interacción entre jugadores puede producirse al intentar cerrar lineas que se crea que pueden estorbar la consecución de los objetivos de los demás. En grupos más distendidos, cada uno va a ir principalmente a la suya.

Roma-Smyrna completa. Al final de la partida ¡8 puntitos que van a ir bien!

La mecánica es muy sencilla. Los lineas de unión entre dos ciudades se componen de una serie de casillas de un color determinado. Un jugador puede controlar una de esas lineas jugando una serie de cartas igual en cantidad y color que las casillas que la componen. También puede substituir una o más cartas de vagón de un color determinado por locomotoras, que son cartas multiculor que se usan como comodines. Esta acción debe llevarse a cabo en una sola vez (no se pueden ir construyendo trocitos de linea entre una ciudad y otra adyacente), y otorga una serie de puntos mayor cuanto más casillas compongan esa linea.


Para conseguir cartas de vagones un jugador puede en su turno utilizar una acción que es "reclamar dos cartas de vagones" que puede tomar del mazo (de forma que ni él sabe que color le va a salir) o bien de un grupo de cartas que están a la vista. La ventaja de esto es que puede seleccionar un color determinado que le interese. La desventaja es que das información al resto de jugadores de tu interés por un color concreto, lo que puede significar que otros jugadores intenten controlar lineas de ese color intentando fastidiar (¡ah, amigo!¡¿Qué pensabas?!)

¡Oh, oh!...por su mirada burlona intuyo problemas...

 Otra acción que puede hacerse es solicitar nuevas cartas de trayectos para intentar conseguir más puntos. Pero cuidado. Un trayecto completado otorga nuevos puntos, pero si no se consigue completar al final de la partida, los puntos que generaría ese trayecto se restan a tu puntuación final, así que hay que estudiar el riesgo que comportan nuevos trayectos en una fase avanzada de la partida.


Con esas pocas reglas, ya podriamos jugar a la versión americana. El juego en su versión Europa tiene un par de reglas más: ferris, tuneles y estaciones, pero no hace falta entrar en detalle. Sólo insistir en mi recomendación de este juego cómo una buena opción para entrar en el mundillo de los juegos de estrategia, una opción que nos va a ofrecer buenos ratos de diversión en familia.


Una partida puede durar entre 1h-1h30'. El juego es para 2-5 jugadores, si bien es cierto que gana en interés y disputa  cuantos más jugadores participan.


Además, ya que el verano es largo y da para muchas actividades, os quiero recomendar un par de visitas de interés para hacer en familia si teneis algo de curiosidad por los trenes:

- en Vilanova y la Geltru podeis visitar el Museo del Ferrocarril, que tiene una importante y espectacular colección de máquinas de vapor. Está situado justo al lado de la estación de tren, así que para visitarlo lo mejor es viajar en tren hasta Vilanova.

- en Barcelona se puede ir al parque de la Oreneta o al de Gabarra en Cornellá en los que los domingos se puede subir a trenes en miniatura, tanto de vapor como diesel.


Hasta otra....TRA-ca-ta-ca.... TRA-ca-ta-ta-ca....¡TXUUUUU, TXUUUUUU!