Jugar al Cuadrado: páginas

domingo, 10 de abril de 2011

Todos a una. LA ISLA PROHIBIDA

«¡Te he ganado!...¡oeeeeeee,oe,oe, oeeeeeeeeee!!...»

Este podría ser un hipotético final de fiesta al terminar una partida de una gran cantidad de juegos, en los que únicamente uno de los jugadores puede ganar la partida. Claro que no sería la forma más elegante de finalizar un rato compartido con otros jugadores, pero que tire la primera piedra aquel que en alguna ocasión no haya tenido deseos de saltar de la silla y proclamar a los cuatro vientos su victoria.

De un tiempo a esta parte están apareciendo un buen número de juegos en los que ese grito es substituido por un «¡Bravo!¡Lo conseguimos!», ya que en la partida todos jugamos unidos intentando superar al propio juego. Son los juegos Cooperativos. Hay juegos para peques, como "El frutal" (Haba) o "Hop, hop, hop" (Djeco) entre otros.; juegos de temática terrorífica como "La sombra de Cthulhu" (Devir) o
"Arkham horror" (Edge); luchas orientales contra fantasmas como "Ghost Stories" (Repos) o de fantasía épica como "Defenders of the Realm" (Eagle); o de lucha contra las enfermedades como en "Pandemic" (Z-man). Este último título es una joyita de Matt Leacock, autor que en el 2010 publicó "Forbidden Island", que afortunadamente ha sido publicado con bastante prontitud en edición española de la mano de Devir con el título de "La Isla Prohibida".


En este caso la temática es de aventuras, y
los jugadores encarnan a unos aventureros que intentan recuperar cuatro valiosos tesoros sagrados que una misteriosa civilización escondió en una isla. Una isla que como forma definitiva de defensa de sus secretos reacciona hundiendose cada vez más rápido, intentando llevarse al fondo del mar sus secretos, y con ellos la vida de los intrusos (Leacock debió alucinar viendo «Perdidos»)

Cada jugador maneja un personaje que tiene un poder especial: un explorador que tiene ventajas al moverse; un submarinista que puede moverse por lugares en los que la isla ya se ha hundido; un piloto de helicoptero que facilita los movimientos lejanos en la isla; un mensajero que puede entregar cartas a otros jugadores sin estar en la misma localización que el personaje al que quiere entregarsela; etc. Los jugadores deben coordinarse y gestionar bien sus habilidades si quieren alcanzar la meta común: encontrar los cuatro tesoros y salir pitando de la isla.

Un juego muy recomendable para entrar en el mundo de los juegos cooperativos. Eso si. Hay que evitar la mayor pega de este tipo de juegos que no es otra cosa que uno de los jugadores ejerza un fuerte liderazgo y convierta el juego en un solitario donde el resto de jugadores únicamente cumplan sus órdenes. Eso puede convertir la partida y la experiencia del juego cooperativo en pesada y frustrante. Si esto se evita, la diversión está asegurada.

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