Jugar al Cuadrado: páginas

martes, 24 de mayo de 2011

JULIUS CAESAR...vini... vidi...vinci!

¡Uno de romanos!

Pues si. Así es. Un juego de romanos. De hecho, un juego de guerra únicamente de romanos. Romanos contra romanos. «¡Están locos estos romanos!», que gritaba Asterix. Y es que en «Julius Caesar» vamos a participar en la lucha fratici
da entre uno de los estrategas más conocidos de todos los tiempos, Julio César, con otro ilustre romano de pro, Pompeyo. Pero...¿sólo romanos?. Bueeeeno. También aparece una ficha de Cleopatra, que no es romana. Pero eso es otro cantar.


«Julius Caesar» es un juego de la casa Columbia Games. El material que utiliza es el típico de los wargames de esta editorial, los bloques de madera. Unas cartas nos servirán para activar unidades y también para recuperar fichas que han sido dañadas en batallas o para crear nuevas legiones, auxilias, caballerias, flotas o ballistas. Pero vamos con algo más de calma.

«Julius Caesar» es un excelente juego de iniciación al mundo de los juegos de guerra de bloques. El reglamento es muy sencillo y una partida puede acabarse en un tiempo prudencial. Unas 2-3 horitas que se nos van a pasar en un periquete, ya que el juego es dinámico y divertido.

El juego transcurre en cinco años, cada uno de los cuales consta de cinco turnos por jugador. En cada uno de los turnos, los jugadores juegan una carta de su mano en secreto y la desvelan simultaneamente. Hay dos tipos de cartas: eventos, que se refieren a un Dios del panteón romano, y cartas de acción en la que aparece un
número que indica cuantos grupos de ejércitos podemos activar, y debajo el número de levas que podemos gastar para recuperar nuestras maltrechas fuerzas. Si ambos jugadores han utilizado una carta de evento, estas se anulan y los dioses no favorecen a ningún contendiente. Si sólo un evento es jugado, se aplica en primer lugar y luego juega el otro jugador. Si ambos jugadores juegan cartas de acción, primero actua el que en su carta presenta un número de acción mayor. Por regla general, cuanto mayor es el número de acción, menor es la cantidad de levas, así que las cartas quedan bastante compensadas.

Extraida de boardgamegeek

Cuando ejércitos de ambos contendientes se encuentran en la misma ciudad se produce un combate. Los combates son muy emocionantes y divertidos. No hace falta entrar en detalle, pero comentaré que las unidades de un ejército y otro se van alternando (más o menos) en sus ataques dependiendo del valor de iniciativa que tienen, y que en un momento dado pueden empezar a retirarse si creen que van a ser vapuleados.

Las cartas de evento son otro cantar, ya que hay cartas muy poderosas y otras bastante flojillas. La suerte de que uno de los dioses más poderosos siempre le toque a un jugador puede ser muy decisiva.

El juego tiene un despliegue "histórico", pero tambien es posible plantear una salida libre, que permita sorprender al rival. El juego no pretende ser una simulación, sino un muy entretenido juego de estrategia militar. Y realmente lo consigue.

No lo pienses más y ponte al frente de las poderosas legiones de Roma. Si es en el bando de Julio César o en el de Pompeyo ya es cosa tuya. Pero en cualquier caso, vigila de cerca a Marco Antonio, que seguro que sólo piensa en como llegar a Alejandría para estar con la hermosa Cleopatra. Y eso al Cesar seguro que no le va a gustar. ¡Ave!

"¡Eh!, Cleo. ¿Donde has escondido al villano de Antonio?"

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