El otro dia, tras jugar una partida con uno de mis hijos, va y me suelta: "Papa, lo importante no es ganar. Es divertirse". Me hizo mucha gracia porque es algo que le he comentado en algunas ocasiones en las que, si no me ha conseguido ganar, su reacción ha sido un inesperado llanto. Y, claro, no es el mejor final para una actividad que debería ser agradable.
"Le tengo que dejar ganar, porque si no se enfada" es un comentario que he escuchado repetidas veces, y creo que no debería ser así. Los chavales han de ser conscientes de que en los juegos todos ganamos por el mero hecho de estar compartiendo una vivencia. Luego, el ganar o no ganar la partida es anecdótico, pero no por ello hay que dejar que ganen ellos simplemente por evitar un berrinche. Hay que saber sobreponerse a las derrotas y ser generoso en las victorias. No sufrir si uno no consigue la mejor puntuación, ni hacer aspavientos cuando quedas primero.
Si escogemos un juego adecuado a la edad de los más peques estaremos en igualdad de condiciones con ellos. El día que mi hijo me soltó "Papa, lo importante no es ganar. Es divertirse" qué más da quien hizo más puntos. Los dos lo pasamos bien. Los dos nos reimos. Los dos ganamos.
ESSEN 2024
Hace 2 meses
¡Bravo!
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